viernes, 22 de julio de 2016

Llegó el final.


La Lanzadera Andalucía Emprende Huelva 2016 se clausuró ayer después de cinco meses de duro trabajo, emociones a flor de piel y un sinfín de vivencias, personales y profesionales, que sería pretencioso y absurdo condensar aquí, en este blog en el que se os hemos informado de nuestras evoluciones a lo largo de este tiempo. El éxito de esta edición no admite discusión: los insertados en el mercado laboral han sido 18, dos de ellos sin contrato, de un total de 21 participantes. La valoración de los integrantes del proyecto ha sido muy positiva y algunos de ellos han querido expresarlo con sus propias palabras. De eso trata la entrada de hoy, de agradecimientos, de opiniones, de conclusiones. Estos somos nosotros, poco más hay que añadir.


Ana, la coordinadora del proyecto Lanzadera Andalucía Emprende Huelva 2016, ha querido agradecernos la participación y la actitud adoptada en esta edición, ya concluida, de la siguiente manera: “Gracias a todos porque de cada uno he aprendido muchísimo. He sido total y absolutamente feliz trabajando con vosotros. Hemos obtenido un gran resultado y, se debe sin duda al magnifico equipo que hemos configurado, a vuestro interés, trabajo e implicación. Aquí tenéis una amiga para lo que necesitéis”, asegura.

Eva Romero, arquitecta técnica insertada finalmente en una gran superficie de materiales de construcción y bricolaje, subrayaba la cohesión que habíamos conseguido en los primeros tres meses y decía de la Lanzadera que “no es un grupo de terapia colectiva, no es un grupo de amigos, no tenemos garantía de inserción, pero siento que es todo a la vez. Aquí encuentro apoyo en mis días grises, disfrutamos del trabajo en grupo y celebramos la inserción de cada compañero como un logro del equipo. Además, nos estamos poniendo al día en autoconocimiento y ganamos en seguridad. No podemos cambiar el mercado laboral actual, pero sí las gafas para mirarlo con optimismo”.

María Lozano es la aventurera del grupo. Una chica fantástica, cumplidora, responsable, sensible y flexible, pero a la vez, muy firme en sus convicciones. Estuvo en Malawi de cooperante y nos dejó en este mismo blog un relato maravilloso de sus vivencias, con unas fotos impresionantes.  Ella es madrileña y nos lanzaba una pregunta al inicio de su reflexión. “¿Sabes lo que es mudarte de ciudad, de comunidad, llegar a un sitio nuevo y encontrarte perdida, sin trabajo, sin apoyo y sin ni siquiera ser quien realmente eres? Así estaba yo en el mes de febrero… Pero un mes después, aterricé en la Lanzadera, y poco a poco todo fue cambiando. Me encontré con grupo de personas en una situación similar, apoyándonos, haciendo ejercicios de autoconocimiento, con una coach motivándonos a todas horas, nuevos conceptos, mucho aprendizaje. Hubo momentos duros, pero también momentos muy enriquecedores. He ganado confianza, seguridad y motivación en este arduo trabajo de búsqueda activa de empleo. Creo que son motivos suficientes para recomendar esta experiencia de compromiso a quien quiera aprovecharla de verdad. Un placer haber formado parte de este grupo de personas maravillosas, que ha crecido durante cinco meses”.

Ariana Rocha López es una chica fuerte, auténtica, valiente y tenaz, aunque como todos los que estábamos en el proyecto, también tenía sus pequeñas heridas. Ella explicaba que “formar parte de un equipo como este, con una misma inquietud y con un mismo objetivo, ha hecho que mi actitud frente a la situación de desempleo haya cambiado, pues afronto la lucha con más optimismo, seguridad y confianza que meses atrás. Además, esta lanzadera, me ha permitido encontrar a personas maravillosas, que siempre están ahí para sacar tu mejor sonrisa en esos días de bajón. Si algo hemos aprendido al navegar juntos en este barco, es que la actitud con la que asumes la situación es la que marca la diferencia entre un día bueno y un día malo. Así que…¡¡por supuesto que recomiendo la Lanzadera!! Es una forma de aunar esfuerzos y de volver a valores como el respeto, el compañerismo y el trabajo en equipo”. Ahora, María y Ariana trabajan juntas y no descartan montarse algo por su cuenta, como socias, un poco más adelante.

Laura Cumbrera es de esas pocas personas que, en el nuevo paradigma del mundo laboral, valen para todo. En una empresa podría desempeñar con éxito cualquier puesto: gerente, directora general, operaria de línea, relaciones públicas, responsable de comunicación, comercial, almacenista, atención al cliente… lo que te quieras imaginar. Es motivadora, capaz, metódica y resolutiva, pero también instintiva, con una gran capacidad de adelantar acontecimientos de manera acertada. Laura piensa que, de estos cinco meses, lo más destacable ha sido “el crecimiento personal y formativo en distintos ámbitos. La marca personal y el conocimiento emocional han hecho renovar mi motivación, seguridad y conciencia sobre mi misma. La formación, sobre todo lo relacionado con el nuevo mercado laboral, entrevistas y currículo, ha sido gratamente enriquecedora”. Asegura que recomendaría la Lanzadera, sobre todo, por ser “el constante empujoncito que en muchos momentos necesitamos”. Finalmente, agradece a Ana, nuestra coordinadora, “el haber estado presente en nuestras preocupaciones, haber tenido siempre buen humor y haber sido tan positiva, por habernos empujado y por haber disfrutado de nosotros. Ha sido un placer y una etapa inolvidable”.

Elena Merlo-Córdoba, por su parte, reconoce que inició el proyecto con “muchas incertidumbres, sobre todo en el ámbito profesional”. En el ecuador de la Lanzadera, Elena percibía en sí misma “una evolución en cuanto a seguridad, conocimientos, motivación y ganas de luchar para conseguir mis objetivos”, debida, en gran medida “al trabajo en equipo que he desarrollado día tras día junto a mis compañeros con optimismo y perseverancia, al buen ambiente que se ha creado, al apoyo de una coach, al aprendizaje con técnicas de autoconocimiento y a talleres sobre marca personal, elaboración de currículum y preparación de entrevistas para acercarnos al actual mercado laboral”. Elena recomienda esta experiencia “a todas las personas desempleadas, ya que te da una inyección de autoestima para enfrentarse al nuevo mercado laboral”. Actualmente, Elena está a punto de iniciar su nueva andadura profesional en un bufete de gestión y consultoría.

Laura Mar Díaz es una excelente Trabajadora Social, constante, ilusionada y con una gran profesionalidad. Además, ha resultado ser una estupenda amiga. Fue la última lanzadera en incorporarse al proyecto, pero ha dado la talla como la que más. “Gracias a todos y cada uno de vosotros por acogerme tan bien desde el primer día, por hacer que me sintiera una más, como si hubiese comenzado la lanzadera desde el principio con vosotros. Por vuestro apoyo, dedicación y por el buen rollo que hemos tenido y habéis trasmitido”. Laura también felicita a nuestra coordinadora, Ana, “por haber hecho tan bien tu trabajo, por tu motivación diaria y por creer en nosotros”.

En este sentido se pronuncia también José Luis Sánchez Ungidos, el senior de la Lanzadera Andalucía Emprende Huelva 2016. “Gracias a Ana y a todos los compañeros por ser tan buenas personas y los mejores cada uno en lo vuestro. Ha sido un placer conoceros”. Nuestro compañero otorgaría experiencia, confianza y seguridad a cualquier empresa que quisiera contar con él, un hombre cabal, y conciliador, con mucha mano izquierda. Hoy en día, eso es decir mucho. Por gusto, buscad en el DRAE el término “decente”: ése es José Luis.

Patricia García escribió aquí mismo una entrada muy interesante en la que radiografiaba con detalle aspectos internos de la lanzadera de este año. Explicaba que la forma de trabajar ha sido como la de una cooperativa de trabajo, en la que hemos analizado nuestras necesidades y hemos repartido las tareas para llegar a nuestro objetivo: encontrar trabajo. Patricia explicaba que había podido trabajar la inteligencia emocional, la comunicación y la creatividad. “Hemos obtenido información y formación sobre las nuevas técnicas de elaboración y presentación de currículums, con las nuevas exigencias del mercado laboral, cómo debemos afrontar las entrevistas de trabajo y las diferentes pruebas que en ellas se realizan, conocer qué es la marca personal y como trabajarla. En resumen, a diferenciarse y posicionarse mejor en el mercado laboral y para ello hemos tenido que realizar un gran trabajo de autoconocimiento”. Patricia confesaba haberse sentido “escuchada, valorada y muy querida” y, por ello, ha querido agradecer a los integrantes del proyecto “estos tres meses de acompañamiento mutuo”.

Llegar hasta el final nos ha costado mucho esfuerzo y sería una estupidez no reconocer que somos los grandes responsables de nuestros propios resultados. En este sentido, también lo sería no reconocer la ayuda que hemos recibido de las instituciones involucradas en este proyecto: la Fundación Andalucía Emprende, dependiente de la Consejería de Innovación y Conocimiento de la Junta de Andalucía, así como el Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial (CADE) de Huelva, donde hemos tenido nuestro centro de trabajo cotidiano. También quisiéramos tener un cariñoso recuerdo para nuestro programa hermano de Valverde del Camino, junto al que hemos caminado algún trecho del recorrido, con gran satisfacción para ambos. Gracias también a las empresas, asociaciones, organizaciones y personas que han participado, de una u otra manera, en nuestra formación.

Después de estos meses juntos, nos sentimos muy orgullosos de los resultados laborales, de lo que va a quedar en el informe administrativo que valorará el indudable éxito de esta edición. Pero lo estamos todavía más del aspecto personal, y de los frutos que en manera de relaciones de amistad hemos obtenido del proyecto Lanzadera. Ha sido intenso. En ocasiones, emocionalmente demoledor. Hemos reído y llorado, pero lo hemos hecho juntos. Ha habido diferencias, fricciones y desacuerdos; pero también cariño, respeto y toneladas de empatía. Nos hemos sostenido en los momentos difíciles y nos hemos regocijado en los ratos de alegría. Y todo esto, sin conocernos de nada. Felicidades, Lanzaderos. Buen trabajo.
 

jueves, 9 de junio de 2016

En Malawi, el corazón caliente de África


Hoy os entregamos una nueva colaboración de la más exótica de nuestras compañeras lanzaderas. María estuvo en África como cooperante. Aprovechad la ocasión de leer su experiencia, es un privilegio contar con ella en este espacio. Además de descubrir la maravillosa persona que es, podréis enteraros de cómo es la vida de una voluntaria en unas circunstancias francamente excepcionales.

Un sueño hecho realidad
 
Hace tres años cumplí uno de mis grandes sueños: trabajar como cooperante internacional en África. Viajé con la Asociación Thanjane, que trabajaba ayudando a 10 aldeas necesitadas en el centro de Malawi.
Comenzaré poniéndoos en situación.
Malawi es un país muy pequeño situado en el sur de África, entre Tanzania, Zambia y Mozambique. Tiene un clima tropical, con 3 estaciones muy marcadas: época de lluvia, invierno y verano.
Es uno de los países más poblados de África, con dieciséis millones de personas. La principal religión es la cristiana. El idioma oficial es el Chichewa, y la segunda lengua más hablada es el inglés, al haber sido colonia inglesa. La edad media de vida es de 54 años. La mayoría de las personas viven en aldeas y dependen de la agricultura y, por ello, es un país exportador de tabaco, té y azúcar moreno.
La labor de la Asociación Thanjane comenzó en agosto del año 2006, haciendo un trabajo de emergencia porque había cientos de niños huérfanos, mucha gente sin hogar y personas que comían menos de 5 veces a la semana. Además, en las aldeas no había agua potable, y bebían el agua contaminada de los pozos que tenían, todos en muy mal estado.

Más tarde, la Asociación construyó cien casas y tres pozos situados estratégicamente para que tuvieran acceso a ellos el mayor número de personas, debido a su alto coste. Dos años más tarde, la Asociación empezó a realizar cuatro proyectos de desarrollo, que continuaron hasta el año 2014. Se dividían en 4 áreas: alfabetización, agricultura, ganadería y economía, los cuales llevamos los voluntarios, formando a los profesores de la escuela. Para ello, previamente en España, estuvimos trabajando durante 6 meses fabricando unas guías que les pudieran ayudar y servir, las cuales pusimos en común con los profesores y modificamos, adaptándolas a sus necesidades y material disponible en el país.
En el área de alfabetización, les dotamos de material para que los niños aprendieran inglés y para ayudar a los adultos que no sabían leer ni escribir. Los profesores podían así, enseñar mejor en la escuela y también formar a cada jefe de aldea, para que luego los jefes enseñaran al resto de la gente.
En el área de economía, les enseñamos cosas básicas sobre economía familiar y nociones sobre cómo llevar y organizar sus pequeños negocios, porque no entienden lo que es ahorrar y gastan todo lo que van teniendo. Viven el momento y en muchos casos, los hombres se van a la ciudad y derrochan su dinero en bebida, prostitutas y drogas.
En el área de ganadería, les explicamos la importancia de construir un gallinero, y les ayudamos a entender el negocio que podían generar con la ganadería, con los pollos y los huevos que iban teniendo. Construimos un gallinero en la aldea principal juntos, y otro gallinero en la escuela para enseñar a los niños. Nos quedamos muy contentos con los primeros resultados.
En el área de agricultura, explicamos los tipos de cultivos que hay y los que allí se podían cultivar, cómo y cuándo hacerlo, y los terrenos y fertilizantes necesarios para llevarlo a cabo. Además, les ayudamos a poner en marcha un pequeño negocio con las verduras que ellos iban a cultivar.
Una vez explicado esto, os contaré la parte de la experiencia más personal.
En primer lugar, destacar lo largo que es el viaje, con 26 horas y cuatro escalas en diferentes países: Italia, Etiopía y sur de Malawi. Cuando por fin aterrizamos en un aeropuerto diminuto, los jefes de las aldeas nos estaban esperando y fuimos a nuestra casa todos juntos para comer. Estábamos muy cansados y tuvimos que mantener la compostura y sonreír mientras comíamos cosas que no habíamos probado nunca, como la ENZIMA, una pasta blanca similar a la plastilina, hecha de harina y agua. Fue un momento complicadísimo, la verdad. Yo quería que me tragara la tierra, en esa mezcla de cansancio, nuevas caras, idiomas y cultura diferente que tantas ganas tenia de descubrir y disfrutar.



Este mismo día, llegando a la aldea, muchísimos niños rodearon la furgoneta donde viajábamos y nos esperaron en el jardín de casa, que estaba lleno. Fue un momento increíble. Desde ese momento, cada día, los niños venían a nuestra casa y nos perseguían por la aldea y los caminos, rodeándonos y yendo a las demás aldeas con nosotros. Los caminos de vuelta a casa, siempre íbamos cantando y bailando canciones con ellos durante horas. Eran momentos muy especiales. Por muy cansados que estuviéramos diariamente, no podías evitar sacar fuerzas para bailar y cantar en el patio de casa con ellos, disfrutar, aprender y reírnos muchísimo.

Los niños, a partir de los 2 años, están todos los días solos y en la calle o, con suerte, en la escuela, ya que los padres trabajan. Los pequeños solo buscan atención y cariño. A veces nos decían “give me money, give me sweets”, ya que los blancos o “asungus” (en Chichewa) somos vistos como gente rica y poderosa, y les costó entender que nosotros éramos meros voluntarios, estudiantes, y que nos habíamos pasado un año entero intentando conseguir el dinero para el viaje.
Una de las cosas que me llamó más la atención, fue la extrema pobreza en la que viven. No tienen luz, ni agua en casa. Las mujeres y las niñas tenían que andar un largo camino para coger agua cada día, y llevarla a casa en grandes cubos sobre sus cabezas. El agua está contaminada y es la única que tienen para cocinar, lavar, ducharse y beber. Mucha gente cae enferma por esto.
 
La comida estaba basada en el arroz y las patatas cocidas, además de la Enzima, tanto para comer como para la cena. A veces teníamos huevos revueltos o cocidos con tomates, verdura, o carne de cabra. Pescado solo lo comimos dos veces, porque era muy caro. A mí me encantan las patatas, cocinadas de mil y una maneras, pero después de comerlas dos veces al día, durante dos meses… ¡llegué a odiarlas! Increíble pero cierto.
Un día, después de comer, tuvimos la oportunidad de acudir a la fiesta tradicional de la Elección del Jefe en nuestra aldea. Había una tribu cantando y danzando, vestida con pieles, instrumentos musicales y objetos típicos de madera. Fue un día maravilloso, ya que nos incluyeron en su celebración de forma especial y eso nos encantó. Los malawianos son gente muy educada, agradecida y cariñosa. Siempre tienen una sonrisa para ti y te dicen gracias por todo.

El transporte era muy malo. Usaban pequeñas furgonetas como autobuses y podían montar entre 15 y 20 personas, animales, sacos de alimentos y pescado colgando de los retrovisores, era una auténtica locura. Un día nos montamos como pudimos para hacer un último tramo del camino a casa. Fui la última en montar, con medio cuerpo encima de mi compañero, y otro medio en el aire, así que me caía de la furgoneta cada vez que abrían la puerta para dejar o recoger a gente. En muy pocas ocasiones pudimos viajar en coche. Normalmente, íbamos andando por los caminos a las aldeas, o parábamos algún camión o alguna camioneta.
Una mañana, tuvimos la gran idea de alquilar bicis e irnos a pasar el día, y nos pasó de todo. Todos nos caímos de las bicis, entre lo malas y antiguas que eran, el poco aire de las ruedas, los caminos peligrosos y nuestra inexperiencia… ninguno llegó sano y salvo a casa. Pasamos más de un mes con heridas abiertas e infectadas, de las que aún hoy conservo cicatrices. Al devolver las bicis, toda la gente de la aldea se reía de nosotros. Los malawianos son capaces de llevar de todo en las bicis sin caerse, madera, sillas, mesas, somieres de cama, maletas, animales, personas con su equipaje…y transportarlo a largas distancias. Cada día nos sorprendían más.

Durante la duración de mi viaje, tuve que conocer, aprender y reflexionar sobre muchas cosas nuevas para mí, y ver las ventajas y desventajas de hacer un viaje con estas características.
Primero, algo que me encantó, pero a lo que me costó acostumbrarme un poco, es que no se rigen por las horas de un reloj, solo por la posición y la luz del sol y la luna. Es fantástico, porque viven relajados y con calma todo el día, sin importar quién llega antes o después. Los españoles somos tan diferentes… siempre corriendo y con prisas a todos lados.
La razón por la que fui a este tipo de viaje, es porque yendo a una aldea perdida y pobre vives realmente como ellos, con sus características, costumbres y las necesidades que tienen al vivir, por ejemplo, sin agua y sin luz. Si vas a una gran ciudad, no verás nunca la verdadera realidad, ya que los hoteles, complejos y restaurantes están dotados de unas instalaciones que nada tienen que ver con las aldeas.
Para mí, el cielo de África es diferente. El sol es enorme y de un color especial. La luna y las estrellas brillan de una forma excepcional y puedes ver la Vía Láctea y muchas constelaciones sin problema alguno, ya que no existe la contaminación lumínica.

Amanece en el lago Malawi.
 

Otra ventaja, sin duda, es la inyección de felicidad que la gente te aporta día a día. Son inmensamente felices con lo poco que tienen y creo que deberíamos aprender mucho de ellos.
La principal desventaja que yo pude encontrar es no tener baño. Pero se compensaba al tener una ducha al aire libre, a pesar de tener que usar cubos y jarras para ducharte.
Algo que no olvidaré jamás son las palabras que nuestras familias nos dijeron nada más aterrizar de nuevo en España: “vuestra sonrisa es mucho más diferente y especial que el último día que pasasteis en casa”. Esto es porque una de las cosas más importantes que pudimos aprender fue a sonreír y a ser siempre feliz con lo que tienes.

 
Para finalizar, animo a cualquiera a realizar un viaje similar para conocer otra cultura, otras costumbres, y crecer como persona con esta gran experiencia. Allí aprenderás a apreciar cosas tan simples como lavarte la cara al despertar, mirarte al espejo, o tener una puerta que te de algo de intimidad al ir al baño; así como aprender a hacer un buen uso de cosas tan importantes como el agua, la luz o el tiempo.
María Lozano Gallego.

martes, 31 de mayo de 2016

Patricia se despide.


Comienza hoy en este blog una serie de colaboraciones de los miembros de la Lanzadera Andalucía Emprende Huelva 2016. Periódicamente podremos leer las inquietudes, reflexiones y experiencias, personales y laborales, de los compañeros que todavía forman parte de este proyecto. La primera en pedir paso en esta plataforma es Patricia, y lo hace con apremio: hoy mismo se ha despedido de nosotros para pasar a formar parte de la plantilla del hotel Adh Ocean Islantilla como Responsable de Calidad. Enhorabuena, amiga. Desde aquí felicitamos también a tus empleadores porque se llevan a una trabajadora incansable, inteligente, precisa y con una gran capacidad para atender con éxito hasta el más mínimo detalle de cualquier asunto profesional.


GRACIAS, LANZADER@S

Hace siete meses se produjo un cambio radical en mi vida. La empresa a la que dediqué casi diez años de mi tiempo decidía poner fin a mis días junto a ella. Eso, unido a las dificultades que había tenido que superar tras una relación personal y un divorcio con mucho desgaste, hicieron que me encontrara un poco desorientada. No entendía nada, y me preguntaba ¿por qué tiene que pasarme esto a mí? ¿Es que no voy a tener ni un momento de tranquilidad?

Necesité un tiempo para darme cuenta que lo que yo pensaba que era algo negativo, en realidad era algo muy positivo: había salido de dos relaciones tóxicas que estaban minando mi persona. Entonces, me di cuenta de que había estado en una espiral en la que me había dejado arrastrar por la rutina, sin pararme a pensar qué es realmente lo importante en la vida. Decidí coger las riendas de ésta y, con un gran trabajo personal, evolucionar para conseguir mi mejor yo y poder ofrecérselo a los demás.

En medio de esta batalla conmigo misma, se cruzó en mi camino el proyecto Lanzadera Andalucía Emprende del CADE de Huelva.

No tengo más que palabras de agradecimiento a su Coordinadora, Ana J. Martínez Montaño, por seleccionarme de entre las más de cien personas que se presentaron para formar parte de él, y por haber seleccionado a las restantes diecinueve personas que junto conmigo iniciamos el proyecto por el mes de marzo.

Veinte personas que nos encontrábamos en situación de desempleo, y un poco sumidos en un momento de tristeza, monotonía y desamparo.

La forma de trabajar ha sido como la de una cooperativa de trabajo, entre tod@s, hemos analizado nuestras necesidades y hemos repartido las tareas para llegar a nuestro objetivo: encontrar trabajo.

Allí he podido trabajar junto a mis compañer@s la inteligencia emocional, la comunicación y la creatividad; hemos obtenido información y formación sobre las nuevas técnicas de elaboración y presentación de currículums, con las nuevas exigencias del mercado laboral; cómo debemos afrontar las entrevistas de trabajo y las diferentes pruebas que en ellas se realizan; así como conocer qué es la marca personal y como trabajarla. En este punto debo dar las gracias a David Barreda, por facilitarme mucho la tarea relativa a mis competencias. En resumen, a diferenciarse y posicionarse mejor en el mercado laboral y, para ello, hemos tenido que realizar un gran trabajo de autoconocimiento, lo que me ha aportado seguridad en mi misma y ver lo valiosa que realmente soy.

Pero no sólo he conseguido mejoras en mi plano laboral, sino también en lo personal. Cada un@ de mis compañer@s traía consigo una historia distinta, y te das cuenta de que no eres la única a la que la vida le ha dado sorpresas. Cada uno de ellos me ha aportado su visión, y muchas cosas que puede que ni ellos mismos sepan. Además, me he sentido escuchada, valorada y, sobre todo, querida.

Por ello, les agradezco estos tres meses de acompañamiento mutuo y espero que, al igual que much@s de nosotr@s hemos conseguido reinsertarnos, ell@s consigan hacerlo también, porque son unas fantásticas personas y como tal, grandes profesionales.

Ha sido una gran experiencia y animo a todas las personas que se sientan en una situación de desempleo que participen de este tipo de proyectos. No es lo mismo abarcarlos a solas, y se avanza mucho más con personas que se encuentran en tus mismas circunstancias y, que siendo generosos y colaborativos, puedan aportar conocimientos y experiencias para llegar al logro.

"Cuando soñamos sol@s, sólo es un sueño; cuando soñamos junt@s, el sueño se convierte en realidad".
                           
Cora Weiss.

Compañeros, os abandono en presencia, pero os llevo en el corazón. ¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!

                            Patricia García Sevilla.
 
 

jueves, 19 de mayo de 2016

Lanzadera en Hispanidad Radio


Ya hemos recorrido la mitad de camino de nuestro proyecto. Las sensaciones son muy buenas. La satisfacción es generalizada. No nos reconocemos si nos comparamos con las personas que éramos cuando entramos aquel cuatro de marzo, tan cercano en el calendario, pero tan lejano en nuestra memoria. Hemos hecho un buen grupo, las relaciones personales son muy buenas. Somos más fuertes, más conscientes de lo que podemos ofrecer a ese nuevo mercado laboral del que queremos formar parte. Tenemos autoestima, motivación, ilusión y empuje. Todos los días demostramos nuestra postura proactiva. Nuestra coordinadora ha trabajado duro para ello y se lo agradecemos.

Queda por recorrer la mitad del camino. Podríamos caer en el triunfalismo, ser presas de la pereza o viajar el trecho que nos queda a lomos de la inercia. Mantengamos la tensión, continuemos con el trabajo, sigamos motivados y no nos dejemos engañar por la falsa satisfacción de la labor bien hecha, porque todavía no está acabada. Ni mucho menos. Hemos conseguido mucho, pero queda mucho más por conseguir.

A lo largo de la semana, los comités han continuado con su cometido. Hemos repasado los elevator pitch que realizamos la semana pasada y, en general, hemos visto considerables mejoras. El miércoles 18, una pequeña representación de la Lanzadera se desplazó hasta la sede de Hispanidad Radio para dar a conocer el proyecto con Esmeralda y Teresa, de Desatando Encuentros. Esta sección se emite dentro de Anda que Anda, el matinal que dirige y presenta Juan Infante, pionero de la radio onubense y formador de grandes profesionales que comenzaron su carrera en esta maravillosa cantera de periodistas. Os dejamos el enlace. La intervención lanzadera comienza en el 01:25:00 y termina en el 01:42:00. Gracias por hacernos un huequecito en vuestra parrilla, amigos.
http://hispanidadradio.familyds.com/Andaqueanda/?p=episode&name=2016-05-19_2016-05-18_[10¦05¦01]_to_[13¦30¦00]_anda_que_anda.mp3

 

Durante estos últimos días estamos comenzando a trabajar las labores de intermediación. Es fundamental encontrar contactos en las empresas punteras de Huelva que más se adapten a nuestros perfiles y conseguir tener unos minutos de charla con ellos, para que nos indiquen qué tipo personal necesitan y cómo acceder a sus procesos de selección. En definitiva, de entablar una relación cara a cara, cercana y abierta con las personas responsables de nuestras futuras incorporaciones.

Para facilitar la labor, Israel y Curro, compañeros del comité 2.0, nos han ofrecido hoy un taller en el que hemos analizado varios portales de empleo, páginas web de empresas de trabajo temporal y agencias de colocación. Otra herramienta más, en definitiva, para estar al tanto de todo lo que pasa en el panorama laboral y no dejar pasar ni una sola oportunidad interesante. 

lunes, 16 de mayo de 2016

Marca Personal con David Barreda


Espectaculares dos días en nuestro santuario-talismán de Beas. Curiosamente, el trabajo que allí desarrollamos, junto a nuestro proyecto hermano de Valverde del Camino, siempre nos deja muy satisfechos. Pero mucho. Ya sucedió con la gente de Grupo Élite y a lo largo del jueves y el viernes pasado volvimos a experimentar la misma sensación de la mano del facilitador, coach y experto en marca personal, entre otras muchas cosas, David Barreda.
 
A través de una puesta en escena muy amena y una metodología atractiva y esclarecedora, David expandió nuestros magros conocimientos sobre marca personal con explicaciones muy explícitas, y con un lenguaje crudo y muy concreto. Justo lo que necesitábamos. Nos explicó que el mundo laboral ha cambiado, que no parará de hacerlo y que, además, nosotros no podremos hacer nada para impedirlo, al igual que no lo hemos podido hacer hasta ahora. Que el ser humano ha incorporado herramientas nuevas que han cambiado el presente y la realidad. Que vivimos en lo que el pensador Zygmunt Bauman define como un “mundo líquido”, caracterizado por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad.

Barreda insistió en que nos encontramos ante un nuevo paradigma para el que nuestras herramientas están anticuadas, y que debemos aceptarlo y desarrollar la capacidad de adaptación para poder emplearnos. En este sentido, reveló que actualmente las competencias claves del nuevo trabajador pasan por la capacidad de aprender constantemente, la resiliencia extrema, la colaboración en red, la generación de cambios y la curación de contenidos. El trabajador de hoy tiene que reponerse rápidamente ante situaciones adversas y salir reforzado del proceso. Tiene que trabajar en varios proyectos y plataformas, con ubicuidad y atemporalidad. Debe generar propuestas e iniciativas, tiene que provocar con su trabajo y actitudes nuevas circunstancias y enfoques. Y, finalmente, tiene que luchar contra el exceso de información inútil o poco aprovechable; buscando la mejor, seleccionándola y compartiéndola de manera adecuada y competente.


Para todo ello, es fundamental la marca personal. Encontrar la nuestra es el principio para despuntar entre el resto de personas en búsqueda de empleo. Hasta aquí, nada que no hayamos visto antes. El salto cualitativo que nos ofreció David Barreda vino a través de sus fantásticas dinámicas de trabajo, ya sean individuales o de equipo. Durante los dos días que pasamos en el CADE de Beas, nos dedicamos a rellenar un cuaderno que se convertiría en nuestra guía personal e intransferible para encontrar nuestra propia marca personal. O al menos, para comenzar ese proceso con un andamio sólido y mucha motivación.

En ese cuaderno volcamos nuestra personalidad, nuestra visión, nuestra misión, los estados profesionales que podemos ser capaces de asumir, el feedback que despertamos en nuestros compañeros de Lanzadera, nuestro objetivo, las necesidades que podemos satisfacer en un hipotético empresario y los beneficios que podemos procurar a su organización. Ese cuaderno no será la panacea, pero se trata de algo muy próximo. Y lo es, aparte de la maestría que David Barreda tiene para gestionarlo con cada uno de nosotros a través de sus inspiradoras dinámicas, por el poder que tiene sobre nosotros vernos escritos en tinta sobre papel. Es la fuerza y el empuje que otorga saber que esas palabras que escribimos en el cuaderno somos nosotros en deconstrucción la que tiene que dirigir nuestra estrategia. Son las piezas del puzle que, una vez bien ordenado, podrá sacar adelante una entrevista de trabajo, un proceso de selección, una presentación o un mejor ordenamiento de nuestras inquietudes y decisiones para encontrar trabajo.
 
Durante los dos días que estuvimos en Beas, hubo momentos emotivos, encuentros y desencuentros personales, pero sobre todo un ambiente electrizante, de ilusión y de emoción por ver cómo, a poco que ahondemos en nosotros mismos bajo la dirección de personas como David Barreda, la consecución de nuestro objetivo está cerca. Tal y como te dijimos en el último minuto del taller, nos diste seguridad, claridad, concreción, herramientas, autoconocimiento, guía, una buena dosis de trabajo para realizar gradualmente, visibilidad y reafirmación personal y profesional. Nuestro más profundo y sincero agradecimiento por tu trabajo, David.
 

miércoles, 4 de mayo de 2016

Múltiples personalidades.


A día de hoy ya llevamos hechas dos dinámicas de grupo dirigidas a posibles procesos de selección de personal. La primera la hicimos en Beas, y se trataba de resolver un hipotético caso de asesinato donde los celos, el sentimiento de justicia poética y la moral judeo-cristiana jugaban un papel importante. La segunda tuvo lugar en nuestro cuartel general del CADE de Huelva (la Lanzacueva), y el asunto giraba en torno a un imaginario secuestro de avión repleto de pistas falsas que tenían por objeto desviar nuestra atención. En ambos casos se trataba de comprobar cuáles son nuestros roles dentro de un grupo y averiguar así si somos capaces de trabajar en equipo. Por lo visto, este tipo de pruebas son algo bastante habitual en los procesos de selección, por lo que es muy conveniente ensayar alguna de vez en cuando.
 
Todo ello despertó en nuestra coordinadora la necesidad de someternos a un par de cuestionarios para confirmar, de una vez por todas, que el grupo está repleto de asesin@s en serie, torturador@s, genocidas, criminales megalómanos y algún dipsomaníaco. Así que hoy hemos realizado el test de Belbin y el cuestionario "ABC" de Estilos de Aprendizaje.

Bromas aparte, a través de unas sencillas preguntas hemos podido constatar, en la primera prueba, el rol que desempeñamos en un grupo de trabajo y las principales virtudes y defectos que acarrea la representación de ese papel. Aquí podéis echar un vistazo: test de Belbin
La segunda prueba ha servido para conocer cuál es nuestro canal de aprendizaje preponderante, ya sea con una base visual, auditiva o kinestésica. Pinchad aquí para haceros una idea aproximada: cuestionario "ABC" de estilos de aprendizaje.

A estas alturas, con el autoconocimiento que las muchas dinámicas encaminadas a ello nos han otorgado, no hemos podido menos que aplaudir a los científicos que inventaron estas pruebas porque, desde luego, lo han clavado al 99,9%. Para acabar la jornada, hemos puesto en común los mapas mentales sobre el nuevo trabajador que elaboramos en pequeños grupos hace unos días. Después de añadir algunas nuevas ideas y conceptos y de desechar lo redundante o vacío de contenido, hemos adoptado un diseño final como guía para el grupo en el cometido de la búsqueda de empleo. En breve tendréis una fotografía.
 
Y, como suele decirse: lo mejor, para el final. Una de nuestras más queridas compañeras ha conseguido un puesto de trabajo en una residencia privada. Se trata de Laura Patiño, nuestra benjamina. Una enfermera con la carrera recién acabada, con una impresionante vocación y una madurez asombrosa. Una chica responsable y una trabajadora constante, que no tiene miedo a acometer tareas nuevas. Una jovencita muy apegada a su tierra y a su familia, a la que le vendrá fenomenal pasarse una buena temporada en Madrid para conocer otros horizontes, otras voces y otras maneras de vivir. Un placer haber trabajado contigo, Laura. Aprovecha la experiencia.
 

jueves, 28 de abril de 2016

Taller de Comunicación.


La formadora del CADE-Huelva Susana Muñoz nos propone hoy un taller sobre la comunicación. Susana ya estuvo con nosotros en el taller de creatividad, que nos aprovechó mucho y en el que lo pasamos muy bien. A lo largo de esta jornada subrayaremos que la capacidad de transmitir es fundamental para que exista una buena comunicación.
 
A través de la dinámica del balón imaginario descubrimos que todos comunicamos mejor cuando sentimos lo que decimos, cuando hablamos de lo que amamos, de lo que mejor conocemos. Formamos un corro y hacemos una pequeña presentación sobre quiénes somos y qué cosas nos gustan de verdad. Cuando acabamos, entregamos a uno de nuestros compañeros un objeto imaginario que simbolice nuestra pasión. Hubo balones de fútbol, gafas de sol, chocolate, discos de vinilo, zapatillas de deporte, billetes de avión… Una inmejorable manera de romper el hielo, la verdad.

Una vez metidos en harina, desarrollamos la segunda dinámica, esta vez algo más comprometida. En pequeños grupos elaboramos tres supuestos en los que definir y aplicar los elementos de la comunicación: emisor, receptor, canal, mensaje y fin. Es entonces cuando nos damos cuenta de que no todos los procesos comunicativos son iguales. Es importante adecuar esos elementos para conseguir una comunicación óptima. Hay que poner en una misma línea al receptor, al mensaje y al objetivo para conseguir nuestro fin.

Para la tercera dinámica, nos sentamos por parejas y ensayamos una charla insustancial que reveló la importancia de la comunicación no verbal en una conversación o en una entrevista de trabajo, algo más acorde con nuestra labor. Así, averiguamos que nuestra mirada no tiene que ser excluyente, sino que, cuando hablemos, tiene ir directamente a los ojos de nuestro interlocutor porque eso denota seguridad en nosotros mismos. Los gestos son, en gran medida, una manifestación de nuestro subconsciente. Por ello, pueden delatar intenciones, manifestaciones o creencias en absoluto convenientes en un proceso de selección.

El tono de voz también cuenta. Hablemos de manera relajada, natural y distendida, enfatizando lo justo, aquello que creamos que sea de importancia definitoria para nuestro interés. Sonriamos. Adoptemos una actitud próxima con nuestro reclutador, sincera y abierta; pero no nos pasemos en el contacto físico, no somos amigos. Proyectemos lo mejor de nosotros mismos, tanto en lo intelectual como en lo físico, sin parecer impostores. Adoptemos una apariencia adecuada al puesto que nos gustaría desempeñar en la empresa que nos entrevista. Ni que decir tiene que la higiene personal tiene que ser impecable. Pensemos cinco minutos en el atuendo con el que vamos a comparecer. Actuemos, en fin, guiados siempre por la comodidad, la naturalidad y la prudencia.